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Santa Biblia > Antiguo Testamento > Deuteronomio
La grandeza del Señor
1 »Amen ustedes al Señor su Dios, y cumplan sus preceptos, leyes, decretos y mandamientos. 2 Reconozcan hoy la corrección del Señor su Dios, que los hijos de ustedes no conocen ni han visto. Reconozcan su grandeza y su gran despliegue de poder, 3 y las señales y grandes hechos que realizó en Egipto contra el faraón y todo su país, 4 lo que hizo con el ejército egipcio, con sus caballos y carros de guerra, y cómo los hundió en las aguas del Mar Rojo cuando ellos los perseguían a ustedes. El Señor los destruyó para siempre. 5 Acuérdense también de todo lo que hizo por ustedes en el desierto, hasta que llegaron aquí; 6 y lo que hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab y descendientes de Rubén, y cómo la tierra se abrió y se los tragó junto con sus familias y tiendas de campaña, y con todo cuanto tenían, a la vista de todo Israel. 7 Ustedes mismos son testigos de las grandes cosas que ha hecho el Señor.
Bendiciones de la tierra prometida
8 »Cumplan ustedes todos los mandamientos que hoy les he dado, para que se hagan fuertes y tomen posesión del país que van a conquistar, 9 y para que vivan muchos años en esta tierra que el Señor prometió dar a los antepasados de ustedes y a sus descendientes; tierra donde la leche y la miel corren como el agua. 10 La tierra que van a conquistar no es como Egipto, de donde ustedes salieron; allí sembraban ustedes la semilla y regaban con los pies, como se hace en las huertas, 11 pero el país del que van a tomar posesión es un país de montes y valles, regado por la lluvia del cielo. 12 Es una tierra que el Señor mismo cuida; en ella tiene puestos los ojos todo el año.
13 »Si ustedes cumplen los mandamientos que les he dado en este día, y aman al Señor su Dios, y lo adoran con todo su corazón y con toda su alma, 14 él hará que vengan a su tiempo las lluvias de otoño y las de primavera, para que ustedes cosechen su trigo y tengan vino y aceite. 15 También hará que crezca hierba en el campo para el ganado de ustedes, y que ustedes tengan comida en abundancia. 16 Pero tengan cuidado de no dejarse engañar; no se aparten del Señor por rendir culto a otros dioses; no se inclinen ante ellos, 17 porque el Señor se enojará contra ustedes y no les enviará lluvia; entonces la tierra no dará sus frutos, y muy pronto ustedes morirán en esa buena tierra que el Señor les va a dar.
18 »Grábense estas palabras en la mente y en el pensamiento; átenlas como señales en sus manos y en su frente. 19 Instruyan a sus hijos hablándoles de ellas tanto en la casa como en el camino, y cuando se acuesten y cuando se levanten. 20 Escríbanlas en los postes y en las puertas de su casa, 21 para que su vida y la de sus hijos en la tierra que el Señor prometió dar a sus antepasados sea tan larga como la existencia del cielo sobre la tierra.
22 »Si cumplen fielmente todos estos mandamientos que hoy les ordeno poner en práctica, y si aman al Señor su Dios y lo siguen fielmente en todos sus caminos, 23 el Señor arrojará de la presencia de ustedes a todas esas naciones, y ustedes conquistarán a pueblos más numerosos y fuertes. 24 Donde ustedes planten el pie, allí se quedarán. Sus fronteras se extenderán desde el desierto hasta el Líbano, y desde el río Éufrates hasta el mar Mediterráneo. 25 Nadie podrá hacerles frente. El Señor su Dios hará cundir el pánico y el terror por dondequiera que ustedes pasen, tal como se lo ha prometido.
26 »En este día les doy a elegir entre bendición y maldición. 27 Bendición, si obedecen los mandamientos del Señor su Dios, que hoy les he ordenado. 28 Maldición, si por seguir a dioses desconocidos, desobedecen los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que hoy les he ordenado.
29 »Cuando el Señor su Dios los haya hecho entrar en el país que van a conquistar, pondrán la bendición en el monte Guerizim, y la maldición en el monte Ebal. 30 Estos montes están al otro lado del Jordán, en dirección de la ruta occidental, en la tierra de los cananeos que viven en la llanura, frente a Guilgal y junto a las encinas de Moré. 31 Ustedes están a punto de cruzar el Jordán y conquistar el país que el Señor su Dios les va a dar. Cuando ya lo hayan conquistado y vivan en él, 32 pongan en práctica todas las leyes y decretos que hoy les he entregado.
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