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La vida es breve
(1) Del maestro de coro. De Jedutún. Salmo de David.
(2) Yo había prometido cuidar mi conducta,
y no pecar con mi lengua,
y ponerle un freno a mis labios
mientras hubiera malvados delante de mí.
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(3) Y me hacía el mudo: no decía nada.
ˇNi siquiera hablaba de lo bueno!
Pero mi dolor iba en aumento;
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(4) ˇel corazón me ardía en el pecho!
Pensando en ello, un fuego se encendió dentro de mí,
y dije entonces con voz fuerte:
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(5) «Seńor, hazme saber qué fin tendré
y cuánto tiempo voy a vivir,
para que comprenda cuán breve es mi vida.
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(6) Me has dado una vida muy corta;
no es nada mi vida delante de ti.
ˇTodo hombre dura lo que un suspiro!
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(7) ˇTodo hombre pasa como una sombra!
De nada le sirve amontonar riquezas,
pues no sabe quién se quedará con ellas.
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(8) Y así, Seńor, żqué puedo ya esperar?
ˇMi esperanza está en ti!
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(9) Líbrame de mis pecados;
no dejes que los necios se burlen de mí.
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(10) »Me hice el mudo y no abrí la boca,
porque tú eres el que actúa.
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(11) Aparta de mí tus golpes;
estoy acabado por los golpes de tu brazo.
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(12) Tú corriges al hombre castigando su maldad,
y reduces a polvo lo que más ama.
ˇTodo hombre es un suspiro!
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(13) »Seńor, escucha mi oración,
ˇpresta oído a mis lamentos!,
ˇno te quedes callado ante mis lágrimas!
Yo soy para ti un extranjero,
un ave de paso, como mis antepasados.
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(14) Deja ya de mirarme, dame un momento de respiro,
antes que me vaya y deje de existir.»
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