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Santa Biblia > Antiguo Testamento > Éxodo
Consagración de los sacerdotes
(Lv 8.1-36)
1»Para consagrarlos como mis sacerdotes, esto es lo que debes hacer con ellos: toma un becerro y dos carneros que no tengan ningún defecto; 2con la mejor harina de trigo, haz panes y tortas sin levadura, amasadas con aceite, y hojuelas sin levadura rociadas con aceite, 3y ponlos en un canastillo para llevarlos al santuario, junto con el becerro y los dos carneros. 4Luego lleva a Aarón y a sus hijos a la entrada de la tienda del encuentro, y haz que se bañen; 5toma después las ropas sacerdotales, y viste a Aarón con la túnica y la capa del efod, y con el efod mismo y el pectoral. Ajústale el cinturón del efod; 6ponle el turbante en la cabeza y, sobre el turbante, la placa que lo consagra como sacerdote. 7Toma entonces el aceite de consagrar, y consagra a Aarón como sacerdote, derramando el aceite sobre su cabeza. 8Haz también que se acerquen sus hijos, y vístelos con las túnicas. 9Tanto a Aarón como a ellos les ajustarás el cinturón y les acomodarás el turbante. De esta manera les darás plena autoridad, y su sacerdocio será una ley permanente.
10»Después lleva el becerro hasta la tienda del encuentro, para que Aarón y sus hijos pongan las manos sobre la cabeza del animal, 11y allí, ante el Señor, a la entrada de la tienda del encuentro, mata al becerro. 12Toma entonces con el dedo un poco de su sangre y úntala en los cuernos del altar, y derrama al pie del altar toda la sangre que quede. 13A los intestinos, hígado y riñones, quítales la grasa de que están cubiertos, y quémalos en el altar;
14pero la carne, la piel y el estiércol del becerro, quémalos en las afueras del campamento, pues es un sacrificio por el pecado.
15»Toma uno de los dos carneros, y que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza. 16Después mátalo, y rocía con su sangre los costados del altar; 17luego córtalo en pedazos, lava sus intestinos y sus patas, y ponlas junto con los pedazos y la cabeza. 18Entonces ofrece el carnero sobre el altar como holocausto en honor del Señor, como ofrenda quemada de olor agradable.
19»Toma entonces el otro carnero, y que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza. 20Mata el carnero, toma un poco de su sangre y pónsela a Aarón y a sus hijos en la parte inferior de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. Luego rocía con el resto de la sangre del carnero los costados del altar. 21Y de la sangre que quede sobre el altar, y del aceite para consagrar, toma un poco y rocíalos sobre Aarón y sobre su ropa, y sobre sus hijos y la ropa de ellos. Así quedarán consagrados Aarón y sus hijos, lo mismo que sus ropas.
22»Después toma la grasa que el carnero tiene en la cola y sobre los intestinos y en el hígado, y toma también sus dos riñones y la grasa que los cubre, y su muslo derecho, porque es un carnero para la consagración de sacerdotes. 23De los panes sin levadura que están en un canastillo ante el Señor, toma un pan redondo, un pan amasado con aceite y una hojuela; 24pon todo esto en las manos de Aarón y de sus hijos, y celebra el rito de presentación ante el Señor. 25Luego retira esto de sus manos y quémalo en el altar, junto con el holocausto de aroma agradable al Señor. Es una ofrenda quemada en honor del Señor.
26»Para la consagración de Aarón, toma también el pecho del carnero y celebra el rito de presentación ante el Señor. A ti te tocará esa parte. 27Aparta el pecho presentado como ofrenda especial en ese rito, y el muslo que se ofrece como contribución, pues son las partes que del carnero de la consagración se reservan para Aarón y sus hijos. 28Eso será para Aarón y sus hijos. Es una ley permanente para los israelitas: esta ofrenda será una contribución hecha por los israelitas como sacrificio de reconciliación al Señor.
29»La ropa sagrada de Aarón la heredarán sus descendientes cuando sean consagrados y reciban plena autoridad como sacerdotes. 30Y el sacerdote descendiente de Aarón que ocupe su lugar y que entre en la tienda del encuentro para oficiar en el santuario, deberá llevar puesta esa ropa durante siete días.
31»Toma después el carnero de la consagración, y cuece su carne en un lugar sagrado. 32Aarón y sus descendientes comerán la carne del carnero y el pan del canastillo, a la entrada de la tienda del encuentro. 33Los comerán porque fueron ofrecidos para obtener el perdón de sus pecados, cuando fueron consagrados y recibieron plena autoridad como sacerdotes. Pero ningún extraño deberá comer de estas cosas, porque son sagradas. 34Y si para el día siguiente queda algo del pan y de la carne de la consagración, quema lo que haya quedado, y que nadie lo coma, porque es sagrado.
35»Haz todo esto con Aarón y sus hijos, de acuerdo con todas mis instrucciones. Dedica siete días a investirlos de autoridad, 36y ofrece cada día un becerro como sacrificio para obtener el perdón de los pecados; purifica el altar, ofreciendo sobre él un sacrificio por el pecado, y derrama aceite sobre él, para consagrarlo. 37Durante siete días ofrecerás sobre el altar sacrificios por el pecado; así lo consagrarás a Dios, y será un altar santísimo: cualquier cosa que toque el altar quedará consagrada.
Las ofrendas diarias
(Nm 28.1-8)
38»Diariamente y sin falta debes ofrecer sobre el altar dos corderos de un año. 39Uno de ellos lo ofrecerás por la mañana, y el otro lo ofrecerás al atardecer. 40Con el primer cordero ofrecerás unos dos kilos de la mejor harina, mezclada con un litro de aceite de oliva, y derramarás como ofrenda un litro de vino. 41Lo mismo harás al atardecer con el otro cordero y con las ofrendas de harina y de vino, ofrendas quemadas de aroma agradable al Señor. 42Estas ofrendas quemadas en mi honor son las que de padres a hijos se ofrecerán siempre en mi presencia, a la entrada de la tienda del encuentro, que es donde me encontraré contigo para hablarte. 43Allí me encontraré con los israelitas, y el lugar quedará consagrado por mi presencia. 44Consagraré la tienda del encuentro y el altar, y consagraré también a Aarón y a sus hijos como sacerdotes míos. 45Yo viviré entre los israelitas, y seré su Dios. 46Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, el que los sacó de Egipto para vivir entre ellos. Yo soy el Señor su Dios.
Texto bíblico: Dios habla hoy ®, Tercera edición © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1994.
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